sábado, 22 de noviembre de 2008

Mensaje del Padre Inspector Salvador Cleofás Murguía Villalobos.

A los participantes al Congreso Nacional para maestros Salesianos.

Un saludo cariñoso a las personalidades que nos acompañan, a las Hijas de María Auxiliadora y Salesianos de Don Bosco, a los coordinadores de Equipo Nacional de Educación Salesiana (ENES), y educadores y educadoras salesianas asistentes al congreso.

Ante todo un reconocimiento por el esfuerzo de trabajar en RED, deseándoles un gran éxito en el trabajo conjunto en la búsqueda de caminos para resignificar nuestra presencia educativa en México y clarificar cada vez más cual es el cometido que tiene.

Vivimos un cambio de época, cuyo nivel más profundo es el cultural y educativo. Concientes de que hoy gran parte de los problemas mundiales se juegan en la educación, lo cual da razón a Don Bosco que estaba convencido que a través de la educación se era capaz de transformar la sociedad y de formar robustas personalidades y para que esto pueda ser así, la educación tiene que ser de una gran calidad.

Una educación de calidad que busque el desarrollo integral de los alumnos y las alumnas requiere un gran sentido de misión, dedicación y entrega, así como competencia y preparación pedagógica de parte de los educadores para formar hombres y mujeres a través del proceso educativo.

En los orígenes de su obra educativa, Don Bosco se preocupó no sólo por dar instrucción a sus jóvenes para que pudiesen encontrar un lugar en la sociedad, ganar honradamente el pan y cubrir sus necesidades, principalmente buscó formar a la persona humana para enfrentar la vida, para ello creó talleres, escuelas e ideó el Sistema Preventivo.

La educación hoy debe tener presentes las exigencias, los cambios científicos y tecnológicos que requieren que los alumnos y las alumnas sean hábiles en el manejo de nuevas tecnologías dentro de un mundo globalizado, sin que por ello se deje de lado la formación de la persona humana.

Es aquí donde entra en juego la capacidad de los educadores salesianos para iluminar la mente de los alumnos y alumnas, de ayudarles a tener criterios que les permitan situarse en una realidad cada vez más compleja, formando ciudadanos comprometidos, competentes, que actúen reflexivamente dentro de una sociedad cada vez más marcada por el individualismo, la ciencia y la tecnología, educándolos para la vida “con el corazón de Don Bosco”.

Don Bosco decía: “Hay que iluminar la mente de los jóvenes para hacer bueno el corazón”, pues bien, esto es lo primero que hay que hacer en la formación de la persona humana y al mismo tiempo cuidar la formación de un gran profesionista.



La sociedad actual exige de parte del educador una presencia cada vez más activa y dinámica, que tenga presentes las nuevas formas de comunicación con una visión intercultural, que se aventure al trabajo dentro de un clima de colaboración y diálogo para descubrir la fuerza de los proyectos en común. Educadores apasionados que entiendan la interculturalidad como una búsqueda de lo común sin renunciar a las diferencias de cada cultura, fortaleciendo la identidad, los grupos sociales y al mismo tiempo enriqueciendo y potenciando la unidad y fortaleciendo el crecimiento personal de cada uno de sus educandos.

La sociedad es cada vez más compleja, más competitiva y al mismo tiempo más universal, emerge una cultura masificadora y pluralista, dejándose sentir el efecto de los medios de comunicación social que difunden con gran rapidez valores, lenguajes, criterios y al mismo tiempo favorece la propuesta de modelos, valores y estilos de vida contradictorios; en esta sociedad los alumnos y alumnas se encuentran solos en esa búsqueda de sentido, y es dentro de esta sociedad donde nosotros como educadores debemos prepararlos de forma altamente cualificada para que estén en condiciones de afrontar con garantías de éxito la vida y que puedan integrarse a la sociedad y la iglesia.

La formación de la persona humana y del grande profesionista requiere la formación para lo que hoy se llama la ciudadanía responsable o la ciudadanía activa, que busque cada vez más la creación de una sociedad que se acerque más al designio de Dios, una sociedad en donde se viva cada día más el respeto y aplicación de todos los derechos de todas las personas.

Hoy el Papa Benedicto XVI habla de emergencia educativa mencionando que “Cuando en una sociedad y en una cultura marcada por un relativismo penetrante y a veces agresivo parece que se tambalean los pilares fundamentales y los valores y las esperanzas que dan sentido a la vida, se difunde fácilmente entre los padres y los enseñantes la tentación de renunciar a sus obligaciones”. El Rector Mayor Don Pascual Chávez nos invita que el mejor contributo que podemos hacer a esta sociedad en deterioro es recontextualizar el sistema preventivo y de esta manera renovar nuestra presencia en el ámbito educativo.

Concluyo renovando mis felicitaciones al Equipo Nacional de Educación Salesiana, organizador de este Congreso Nacional de maestros salesianos, esperando que dé los frutos deseados para descubrir nuevos caminos que nos ayuden a ser más apasionados, más entregados, para así todos juntos, poder cumplir el sueño de Don Bosco que buscaba formar buenos cristianos y honrados ciudadanos.

Y siendo las 4:48 hrs del día 21 de Noviembre de 2008, doy por iniciado el Congreso Nacional de Maestros Salesianos.

¡¡¡GRACIAS Y A TRABAJAR CON EL CORAZÓN DE DON BOSCO!!!

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